sábado, 29 de diciembre de 2012

La Grieta Profunda ( Cuento parte I)


Cuando el día del tan ansiado viaje llego me encontró despierto y esperando los primeros rayos del sol sentado en la PC para ver el clima que nos aguardaba; quizás la ansiedad y la incertidumbre me habían quitado las últimas horas nocturnas del sueño pensando que sería un día largo, agotador y bastante atípico para mí.
Varias veces había pensado en desistir de la invitación del viaje, eran varios días, había que acomodar muchos temas laborales, compromisos, pero lo atractivo de la propuesta me hizo decidir rápidamente, aunque no lo quise manifestar hasta pasado un tiempo, tal vez a la espera de algún improvisto que justifique mis temores difusos de fondo y no me permita viajar; pero después de un tiempo en que nada extraño sucedió decidí aceptar, sabiendo que mis contradicciones al respecto nada tenían que ver con la realidad cotidiana, todo lo contrario, lo que me inquietaba profundamente eran imágenes confusas de sueños acerca de un futuro extraño y sensaciones no habituales en el devenir cotidiano, registros de un cambio general que supuestamente se daría en algún momento que nunca llegaba, esos registros eran cada día mas inexplicables y no buscados por mí, solo se me imponían en el trascurrir diario a medida que la fecha del largo periplo se acercaba, por lo que atribuía esas sensaciones a cosas que podrían pasar, imaginarias, incomprensibles, casi indescriptibles y que no podía poner en palabras ni imágenes visuales, pero que ocupaban mi espacio cotidiano con la fuerza de aquello que se presenta como lo imprescindible para el momento actual.
 Por cierto, me habían invitado a un viaje en barco hacia una de las bases científicas en el territorio antártico, era un barco especializado para estos menesteres, pero a diferencia de otros viajes esta vez se había decidido llevar a distintas personas que representaban diversas líneas de la ciencias sociales, también a gentes de la cultura, voluntarios de ONG, representantes de grupos políticos y sociales, ect, más o menos un centenar de personas que se suponían tenían algo para decir del convulsionado mundo social y de cómo este terminaba impactando en las ciencias, la vida cotidiana,ect, la idea de los organizadores tenía dos ejes centrales, por un lado quienes viajábamos tendríamos la posibilidad de compartir al llegar varios días de convivencia e intercambio con los distintos grupos de científicos y trabajadores que estaban en las bases antárticas hacia casi un año, por otra parte como el viaje en si mismo era muy largo se había diseñado una serie de exposiciones sobre diversos temas de acuerdo a las especialidades y a las experiencias de campo que cada cual tuviese en su actividad diaria, de esta forma cada noche se harían presentaciones de temas, debates, intercambios, algo muy interesante sobre todo teniendo en cuenta como habían cobrado fuerza los nuevos paradigmas acerca de cómo mirar lo social y al individuo en particular, después de varias décadas de discusión al fin parecía que los defensores de los mandamientos de la modernidad habían llegado a un punto de no poder seguir sosteniendo ciertas posturas, dejando una gran cantidad de intersticios por donde se colaban a diario las nuevas visiones sobre el mundo.
 El ciudadano medio también colaboraba recibiendo con gran aceptación estas miradas, quizás ya cansados de promesas de representantes de un mundo que estaba en el fin de un ciclo y a la espera de un nuevo nacimiento.

Por fin el taxi me dejo casi a metros de la escalera de ingreso al barco, desde allí el capitán nos fue recibiendo a todos con un saludo personal, me impacto un poco su presencia ya que no era habitué de subirme a barcos, y si bien pensaba que los capitanes de barcos se habían agiornado como todo el mundo, este sin embargo me trajo reminiscencias de aquellos personajes salidos de los libros de la infancia, su típica barba blanca bien recortada, su rostro adusto pero amable, su piel quemada por mil soles y su hablar corto y sincero me trajeron el recuerdo de viejas películas hogareñas, de días familiares de invierno junto al fuego de la estufa a leña, en todo eso pensaba cuando su mano helada  estrechó la mía y un amable pero seco “bienvenido a bordo” retumbo en mis oídos, apenas atine a decir gracias y ya estaba con un pie adentro de la nave, rápidamente un tripulante me condujo a mi camarote a dejar mi equipaje, por el atractivo y pintoresco ojo de buey observe como seguían subiendo los invitados, estaba arriba, ya era imposible dar marcha atrás, para mí el viaje había comenzado.
Antes que pudiera observar todo el barco y de reojo a algunos personajes notables ya habíamos emprendido el periplo, una extraña normalidad tiño todo, ahora todo parecía mucho más cotidiano, me reuní en la cafetería con muy pocos conocidos de otras épocas a charlar un rato sobre las exposiciones que comenzarían esa misma noche, pensé que por suerte la mía tardaría tres o cuatro noches más, ya que estaba en la cartelera como la número once, busque rápidamente si ese número significaba algo importante, pero llegue a la conclusión que no, o mejor dicho, que no debía prestar atención a esas supercherías rodeado de tantas gentes del mundo de lo racional.                        (continua...)

La Grieta Profunda --- ( Cuento - parte II )

Me habían invitado a defender una tesis, o mejor dicho un trabajo de campo realizado por un viejo amigo, y que yo mismo había ampliado con otras investigaciones, este amigo era un verdadero maestro, conocedor de lo humano en su profundidad, pero poco afecto a las exposiciones publicas de sus propios trabajos, a los que solía dejar en manos de otros que se interesaran por desarrollar ciertas líneas de conocimiento; durante décadas atrás mi amigo había viajado por el mundo y observado una gran variedad de fenómenos sociales, pero había centrado su trabajo en algunos en particular que llamaron su atención, a los que denomino “fenómenos de conciencia inspirada en momentos de convergencia sicosocial” , los cuales podría resumir del siguiente modo: en países tan distantes y de culturas diversas como podrían ser Filipinas, Checoslovaquia o Bolivia, en distintos momentos de los últimos años habían sucedido especies de explosiones sicosociales, grandes movilizaciones masivas y no violentas donde la gente había decidido tomar el futuro en sus manos, en algunos casos haciendo renunciar a cruentas dictaduras, en otros apoyando gobiernos mas humanos, y todo esto sin desarrollar ningún acto violento, con un gran registro de hermandad donde primaba la existencia del otro y eran dejado de lado actitudes de egocentrismo, algo muy común en las sociedades modernas, aquellas explosiones modificaban rápidamente en mapa político social, y trasmitían su ejemplo en otras sociedades alertando a los poderosos de siempre, y entusiasmando a quienes deseábamos cambios profundos en la dirección de una sociedad más humana, muchos se preguntaban cuanto cambiaria el mundo en pocos años si estos fenómenos se extendían a los largo de todo el planeta; sin poder responder fehacientemente a esas preguntas me limite cuando llego mi turno una semana después de comenzado el viaje a describir los fenómenos, mostrar una gran cantidad de material fotográfico y dejar que cada cual desde su lugar pudiera hacer una correcta interpretación de los mismos, cuando finalice escuche un repetido aplauso y alcance a decir antes de levantarme que no olviden que el verdadero mentor de esas observaciones había sido otra persona, que mi función solo consistía en mostrar fenómenos que si bien estaban a la vista de todos, más bien parecía que muy pocos pudieran verlos.
Cuando esa noche me fui a dormir me sentí aliviado por haber cumplido la mayor parte de mi tarea en el viaje, pero a la vez volví a registrar esas viejas incomodidades, esta vez las atribuí a que me daba cuenta cuanto tiempo aun faltaba para llegar, para volver, y también a la posible vuelta de esos sueños confusos que me generaban incertidumbre y más expectativas sobre el futuro, trate de relacionar esos registros con la afectación que me habían generado los temas de la exposición, pero ya era tarde, el sueño me vencía, y una marea humana de épocas lejanas se movilizan sobre mí, me arrastraban suavemente, me incluían en su cándido clamor, la marea humana y yo, en un momento antes de entregarme al sueño profundo, éramos la misma cosa.............      (continua)

miércoles, 26 de diciembre de 2012

La Grieta Profunda --- (Cuento - parte III)

Creo que me despertó el estruendo, o el fulgor de potentes luces que parecían entrar desde afuera por el ojo de buey, no lo sé bien, el sueño profundo me había despojado de toda racionalidad y ubicación temporal, seria aun la noche?, juzgue que si por el reflejo lumínico, el barco volvió a moverse y pararse bruscamente, esta vez con un crujido sordo y profundo, que pronto comenzó a mezclarse con un ruido de sirenas y algunos gritos en otro idioma desconocido por mí, cuando volvió la quietud lo primero que note fue que varias cosas del camarote había caído al suelo, o mejor dicho que estaba casi todo revuelto, no tarde en darme cuenta de la seriedad del asunto, por lo que después de unos pocos minutos de silencio, decidí vestirme y salir al salón que lindaba con la cafetería del barco, a ver si encontraba alguien que pudiera darme más información de lo sucedido.
Al bajar ya estaban la mayoría de los pasajeros en la amplia sala, la incertidumbre y hasta un cierto temor había invadido a casi todos, trate de divisar a alguien de la tripulación que nos pudiese dar algún detalle, pero fue en vano, hasta el simpático mozo se había esfumado de su cómoda guarida, dejando rastros del suave y reconfortante olor al buen café que servía amablemente a cualquiera que se lo solicitara; cuando dos de mis conocidos se me acercaron una voz ronca y casi de ultratumba comenzó a hablar por el sistema de parlantes de todo el barco, era la voz inconfundible del capitán, al que por un momento imagine tan confundido como todos nosotros, “ estimados pasajeros, les habla el capitán del barco, esperamos que estén todos muy bien, junto con mis colaboradores debemos informarles que el barco a encallado en medio de un grieta de hielo solido que no ha podido romper, no sabemos aun como la información de los satélites no ha sido la correcta, no obstante estamos esperando nueva información pero podemos decirles que el barco está bien, no corremos ningún riesgo y si es como sospechamos en caso de que no pudiéramos continuar el viaje está previsto que en 72 horas como máximo puedan llegar los equipos de rescate para volver al puerto de salida, pero no nos apresuremos, en tres horas tendremos algo de claridad y haremos un nueva evaluación de la situación, por supuesto la comunicaremos de inmediato, muchas gracias”.
Se hizo un silencio extraño, nada estaba mal, sin embargo podría decirse que tampoco nada estaba demasiado bien, a los pocos minutos nos empezamos a reunir en grupos, y de nuevo el típico murmullo de la sala de fiestas del barco que cobro vida nuevamente, nadie estaba dispuesto a volver a intentar un nuevo sueño, el clima distendido de las charlas no podría ocultar, pese a los esfuerzos, la preocupación y hasta un difundido temor que se iría apoderando de todos con el paso de las horas, a favor de nuestras ansiedades acudió el jefe de los mozos y su equipo de colaboradores, la orden del capitán había sido breve y concisa, “que tomen lo que quieran, esta vez la administración se haría cargo de los costos”, era una amable invitación a distraerse y no generar mayores problemas que los ya existentes.
No había pasado más de una hora entre cafés y ligeras suposiciones sobre lo ocurrido cuando un mozo se me acerca discretamente desde atrás y casi sorprendiéndome me dice que el capitán quiere verme en la sala de conferencias en unos diez minutos, y que acuda con un pequeños grupo de cinco o seis personas que sean de mi conocimiento y confiabilidad, está muy interesado en comentarle algo que por ahora prefiere no difundir a todos los pasajeros del barco, y con un tono seco concluyo,- ni siquiera a la gran mayoría de los tripulantes-, quede un poco aturdido, cuando quise girar el mozo ya está a diez metros de mi caminando aceleradamente hacia una de las puertas que llevada hacia la sala de manejo de la nave............                                (continua...)

La Grieta Profunda --- (Cuento - parte IV)


Pase la mirada en forma rápida por sobre el conjunto de personas que seguía amablemente la charla en distintos grupos y divise entre el montón un grupito de viejos conocidos, dos sociólogos con quienes había compartido más de una experiencia laboral, un viejo militante de ONG con quien también había colaborado y otro activista de DDHH que siempre estaba al pie del cañón para colaborar con cuanta causa noble se lo solicitara, no dude demasiado, me acerque rápidamente y antes que pudieran preguntarme algo con un gesto los fui corriendo hacia un costado del salón, como pude les comente lo sucedido, hicieron silencio, y sin dudarlo ni hacer más comentarios me siguieron al encuentro con el capitán, seguramente más movilizados por la incertidumbre y la curiosidad que por cualquier otro motivo aparente.
La sala estaba fría y con poca luz, se me antojo incómodamente vacía, cuando entramos vimos en un rincón y sentado en una mesa improvisada al enigmático capitán y a uno de sus segundos, un ex teniente de la armada que guardaba aun todos los gestos protocolares de la vida militar; con otro gesto nos invito a acercarnos y tomar asiento, lo primero que me llamo la atención fue un extraño mapa desplegado a lo largo de toda la mesa, un mapa con pocas inscripciones y con colores fuertes y profundos, yo había visto muchos mapas porque me gustaban en especial, pero no podría jamás reconocer haber visto alguna vez alguno que se le pareciera a este.
-       Estimado amigo- el capitán se levanto rápidamente a estrecharme la mano, esta vez extrañamente le note mayor calidez en el saludo, - muchas gracias por acudir a este llamado, y también a todos ustedes por confiar y llegarse hasta aquí, - todos hicimos un gesto de amabilidad al tiempo que buscábamos acomodarnos en alguna silla, el café estaba servido, humeante y su olor iba alcanzando a penetrar en distintos espacios vacios del amplio salón, dándole un toque de cierta familiaridad al extraño encuentro en las sombras de aquella inolvidable madrugada en medio del atlántico sur.
-       Permítanme explicarles la situación actual, y sobre todo el porqué de la convocatoria, ya que ustedes como es obvio se encontraran muy extrañados por la misma, la situación es un poco más complicada y difícil que lo comentado, pero no me pareció oportuno asustar a todas las personas del barco, para hacer lo que hay que hacer solo un pequeño grupo de gente confiable y decidida alcanza, y no tengo ninguna duda ya que leyendo rápidamente sus currículos me di cuenta de que ustedes podrán cumplir con la tan necesaria tarea que les pediré en nombre mío y de toda la organización que diseño este viaje-.
Otra vez la incertidumbre, y la extrañeza, de que currículos hablaba este caballero, si tales no eran más que pequeños esfuerzos cotidianos por hacer del mundo un lugar mejor, y en todo caso, cuál sería el supuesto encargo de parte del capitán, estuve tentado a hacer el antiguo chiste de pellizcarme, para cerciorarme de que no estaba durmiendo y todo era un confuso sueño, uno más, diría en caso de así fuera, pero la mirada fría y preocupada del capitán me devolvieron la atención hacia el momento extraño que estábamos viviendo, no, evidentemente aquello no podía ser un sueño, el olor del café era demasiado real para equivocarme acerca del estado de conciencia en que estaba.
El capitán volvió a acomodarse en su mullido sillón de color verde oscuro, a su lado el teniente había empezado a palidecer, su cara estaba casi tan blanca como su chaqueta,                    
- “voy a hacer lo más simple posible este pedido, aun a riesgos de que ustedes supongan que esto es una gran locura y que en cualquier momento despertaremos de la pesadilla, la situación es un poco más seria que lo ya dicho, en realidad no sabemos a ciencia cierta qué es lo que paso, solo puedo decirles que estamos varados en una enorme grieta de hielo solido, esta grieta solo figuraba en mapas de principio de siglo pasado, después muchos la habían dado por desaparecida, también sabemos que los sistemas nos jugaron una mala pasada, y creemos que nos hemos desviado, lo peor es que no podemos hacer una verificación real, porque ninguno de los instrumentos de medición y ubicación andan correctamente, los satélites dan señales confusas, y nos parece que tomar decisiones en esta situación podría provocar una catástrofe; pues bien, ahora viene la parte más difícil para mí, y es explicarles que han sido llamados para realizar una misión con el objetivo de salvar al barco y toda la tripulación, esta misión debo decirles, no esta exenta de algunos riesgos, pero solo pueden hacerla aquellos que crean en cosas fuera de los parámetros normales, por ejemplo si yo les preguntara, creen ustedes que puede cambiar el mundo?, que pueden el ser humano organizar algún día una sociedad sin guerras, sin hambre, en definitiva, es posible en el mediano plazo una sociedad más humana y no violenta?, ustedes, creen en eso??”- el caballero había elevado el tono de su voz pero irradiaba una extraña serenidad, sentí la perplejidad y una especie de confusión como si una red de telarañas me caía encima y no podía moverme libremente, que carajo estaba diciendo este tipo?, quien era este personaje escapado de un corroído libro de aventuras en colores opacos? y que estaba sucediendo en verdad ?, ahora si me pellizcaría, o me daría un tirón de orejas solo con la expectativa de despertarme, pero…y la pregunta?, la pregunta no era cualquier cosa, esa pregunta encerraba algún acertijo, tenía una lógica inflexible, o no era cierto acaso que en el fondo de sus creencias la enorme mayoría de la gente aun no creía que un mundo distinto era posible?, y como este capitán del siglo XIX intuía mis certezas acerca de un cambio total de sentido de la humanidad?, quise buscar algún indicador en las miradas de mis viejos conocidos, no se me escapaba que ellos también eran gentes de creencias extrañas, sin racionalizar me choque con la profundidad de sus ojos, que por suerte me devolvieron una profunda tranquilidad, ellos compartían los mismos registros que yo, aquello no era definitivamente un sueño pesado, de ninguna manera, mas parecía ser una realidad alucinante, aquellas realidades que están predestinadas a cambiar de una vez y para siempre el sentido de la vida...........                   (continua)

La Grieta Profunda --- (Cuento - parte V)

   Bien, continuo el capitán, esta es una historia increíble, o al menos increíble para aquellos que pasan toda su experiencia por el filtro de la limitada racionalidad, pero como ese no es el caso de ustedes me arriesgo y se las cuento, además es el contexto indicado para dar las precisiones sobre la misión que van a desarrollar; recuerdan que hace unos 60 años, al poco tiempo de haberse configurado las Naciones Unidas una expedición de científicos de más de 50 países se perdió en medio del hielo después de encallar en las proximidades del círculo polar antártico?, pues bien, aquellos eran tiempos donde existían enormes tensiones entre lo que se podría llamar el complejo militar industrial y el consejo mundial de científicos, el tema del desarrollo nuclear era la clave, los científicos no estaban de acuerdo en la carrera armamentista, y las presiones fueron enormes para ellos, supongo no es necesario aclarar quienes ganaron la pulseada, ni tampoco como continuo la película hasta nuestros días, lo cierto que aquel inesperado accidente paso muy rápido por los medios masivos de comunicación, que también ya habían elegido por el bando ganador, se dio por desaparecida a toda la tripulación, y se generaron falsos conflictos entre los bloques del este y del oeste para distraer la atención mundial, muy bien, no son pocos los que creyeron, y algunos recibieron alguna conexión real, de que las cosas no sucedieron así; al parecer toda la escena de un posible accidente y la posterior desaparición fue toda una pantalla creada por los mismos científicos, sucede que estos, al ver como se desarrollaban los acontecimientos y la batalla moral que ya habían  perdido decidieron no colaborar con la industria de la muerte, y armaron un plan para “desaparecer” debajo de las pesadas capas del hielo antártico, buscar un espacio nuevo, del cual ya tenían alguna idea y armar una comunidad científica que viva aislada del mundo, o sea crear un mundo nuevo, donde pudieran experimentar aquellos viejos sueños de la comunidad pacifica, armoniosa y desarrollada científicamente, desde donde generar el germen del nuevo hombre que sería la referencia de las futuras generaciones cuando las condiciones estuvieran dadas”.
Creo que no pudimos medir el paso del tiempo, y hasta el olor del café se había esfumado por completo, no quise mirar a mis amigos, por temor a que su mirada me devuelva una visión horrorosa, sin embargo percibí que el clima de tensa calma podía considerarse dentro de parámetros normales, espere a que el hombre barbado dijera algo mas, esperando cerrar aquella historia cuyo final no sé si estaba dispuesto a escuchar…” pues bien, somos muchos los que creemos que esta leyenda, mito, historia fantástica o como cada uno prefiera nombrarla es realidad, y que estos humanos no solo han subsistido a las condiciones duras del clima, sino que han encontrado la forma de generar un espacio con microclimas, que han podido cultivar sus alimentos,  que se han desarrollado tecnológicamente, y que están esperando el momento apropiado para dar una señal muy fuerte a esta sociedad cuyos paradigmas están vencidos, y cuya decadencia moral esta a la vista, quienes saben algo de esto no dudan en afirmar que han construido nuevos paradigmas filosóficos y sociales, los cuales saldrán a la luz en momentos en que esta crisis sea terminal, y el efecto que producirá en las poblaciones será tan grande que servirá de referencias para cambiar de una vez y para siempre esta mirada humana basada en un individualismos esquizofrénico y sin salida, de allí a el mundo que ellos siempre aspiraron habría apenas unos pocos pasos. Ahora bien, que es lo que se les pide a ustedes? Algo muy sencillo, creemos que esta enorme grieta en la que hemos encallado es la grieta que conduce al lugar donde estos personajes armaron su propio y nuevo planeta, y que aquello que nos paso con los radares y demás no es casual, que están muy cerca nuestro y encontraron una forma elegante para hacer contacto con el otro mundo, no creo tanto en las casualidades de este estilo, creo que hay algo mas, que debemos explorar, quizás seamos el nexo, el puente, no lo sé bien, mi intuición me lleva por estos lados, ustedes sabrán comprender, son hombres de muy buenas intuiciones también, verdad??”.
Era absolutamente loco, si, pero también lógico, yo mismo había escuchado en la adolescencia alguna historia al respecto, pero para ser sincero, eran épocas de demasiados historias, y no me encontraba capacitado para diferenciar aquellas que podían ser reales de aquellas que no, en definitiva, aquel mundo no me parecía tan desequilibrado como el actual, y por alguna razón jamás quise seguir investigando aquellos mitos modernos, solo un cambio real de las condiciones políticas y sociales me parecían interesantes, pienso que me equivoque en parte, que habría sucedido si hubiese desarrollado otras vías de investigación? Nunca lo sabría, pero sentí una distracción, y ahora el capitán parecía dispuesto a seguir con su historia.
“ El plan es el siguiente, ustedes cuatro y dos de mis mejores hombres saldrán con los primeros rayos de luz por la popa del barco, llevaran los mejores equipos y el mejor alimento, también los mapas más indicados, y un equipo de comunicación, vamos a jugarnos a que en menos de 24 horas encuentren la comunidad de los viejos científicos, y todos sus descendientes por supuesto, si esto ocurre seguramente serán muy bienvenidos, les comentaran lo del accidente, y dejaran que a partir de allí ellos tomen las decisiones, esta expedición será una vez más una cuestión de confianza, si ello no sucede, tomaran la decisión de regresar al barco”- en ese momento el capitán hizo un silencio de unos pocos segundos que nos parecieron unos cuantos minutos, y su voz por primera vez la note algo temblorosa, -“…y que Dios los ayude en el regreso, y nos ayude a nosotros”-.
Nadie dijo una sola palabra mas, aquello podría tener la apariencia de un evento que rayaba con la locura, pero la secuencia de los acontecimientos, nuestra rara permanencia en ese viaje, el dialogo coherente del capitán, el barco anclado en una grieta de hielo hasta entonces desconocida y las extrañas condiciones sicológicas de muchos de nosotros, por llamarlo de alguna manera, no parecían circunstancias azarosas, ni tampoco aquella leyenda de los viejos científicos, ya que al menos el comienzo de la misma podría ser comprobada por algunos hechos fehacientemente documentados, si todo aquello constituía una ficción disociada de cualquier realidad posible, al menos nadie podría decir que no era una ficción con muy buenas argumentaciones, creo que por todo ello marchamos en silencio hacia la bodega del barco, y con el crujir del hielo en nuestros oídos, que aprisionaba los casquetes de los tanques de reserva de agua, comenzamos a cambiarnos, a equiparnos para llegar con suerte al nuevo mundo, sentí una profunda conexión con seres muy queridos, también una unión indescriptible con el resto de los aventureros que saldríamos a la helada y gris superficie de la grieta, pero por sobre todo sentí estar conectado con algo maravilloso y que me trascendía, algo inexplicable, algo que no se podía nombrar, algo que me brindaba fuerza y confianza para realizar algo que para muchos de mis conocidos, sería algo imposible de comprender, ni siquiera algo posible de poder imaginar.
La compuerta trasera se abrió, y un aire gélido y blanco nos penetro dejándonos unos segundos paralizados, ya lo sabíamos, era el cambio de un medio a otro lo que generaba tamaña inestabilidad, rápidamente con recompusimos, y emprendimos nuestro periplo a través de la profunda grieta gris, una grieta que parecía haber separado el mundo en dos, una grieta que era como un camino nunca antes transitado, se me ocurrió pensar, un grieta que quizás se cierre detrás nuestro, como alegoría consumada del encuentro de lo viejo con lo nuevo.............                         (continua)

La Grieta Profunda (Cuento - parte VI Final)


No era tan fácil pensar en estas circunstancias, más allá de los equipos, y la ropa térmica el paisaje era desolador, y también desorientador por momentos, las altas paredes de la grieta nos refugiaban del viento que pasaba con un bramido furioso por encima de nosotros, ya lo habíamos decidido de antemano, si alguien no podía seguir intentaría volver solo, o quedarse a esperar su destino en un costado de la pared blanca, como sea el intento era llegar, ya no sabíamos bien porque, pero esa leyenda de la comunidad que llevaba más de cincuenta años debajo de las capas de hielo había pasado a convertirse en una realidad tan palpable e incuestionable como esa sensación casi mortal de lo helado, que avanzaba desde la planta de los pies muy suavemente hacia el resto del cuerpo.
No sé cuánto tiempo habíamos caminado, los dos guías encabezaban el grupo, mientras que los cuatro restantes los seguimos en una sola fila, unidos por una delgada y consistente soga, pero por sobre todo unidos por una suerte de creencia común, un vinculo irrompible, un misterioso lazo cósmico que nos hacia diferentes y uno solo al mismo tiempo.
De a poco aquello fue quedando en un lugar guardado, y una suerte de misterioso escepticismo fue apoderándose de todos, hacia horas que estamos en el recorrido de la grieta, parábamos unos minutos y volvíamos al camino, este ya no nos ofrecía ninguna variación, brumas blancas, paredes grises, cielo cuasi negro, el viento gélido por encima, a veces se arremolinaba y nos hacía perder el equilibrio, y el maldito piso helado que subía desde la planta de los pies ahora llegaba casi hasta mis rodillas, tuve la tentación de quedarme, de poder dormir en paz mientras el mundo decidiera que hacer con aquello, aquello se estaba haciendo pesado, denso, difícil de sobrellevar, había perdido un poco el contacto interno con el resto del grupo, con sus registros profundos, permanecíamos atados, y, sin embargo, me empezaba a sentir solo, y ello me causaba un pánico difícil de poder manejar; cuando sentí por un momento que me arrastraba escuche un grito profundo, un grito desgarrador, pero de una alegría desgarradora, de una esperanza desgarradora, el guía que se había adelantado unos cien metros volvía saltando de alegría y revolcándose en el hielo, volvía a saltar mientras hacía inexplicables señas hacia adelante, todos nos movimos rápido, algo había sucedido, quise detenerme a ver algo como una sombra parado al costado de la grieta, si, era un gran árbol, cubierto de hielo, pero aun así podía verse debajo de las capas un verde oscuro, “es vida, ese verde es vida”, fue lo único que puede pensar, el encuentro con el guía se produjo justo en un recodo que ofrecía el camino de la grieta, fue algo verdaderamente alucinante, detrás del recodo el viento había mermado mucho, y los arboles comenzaban a ser parte del paisaje, el hielo iba disminuyendo, y la niebla daba paso a una gran humareda, detrás del humo comenzaron a divisarse varias cabañas de madera, y creo que nos abrazamos todos, todos fuimos una sola sensación por un momento, el mundo nuevo era real, ya estaba ante nuestra mirada, si aquello era posible, entonces que cosa podría no llegar a serlo?, quise pensar, pero no podía, una emoción profunda me embargaba, perdí la noción del piso, porque el frio helado parecía haber barrido con la parte inferior de mis pies, pero nada de eso era importante, la misión estaba cumplida, todo para adelante sería distinto, aquello profundamente anhelado seria cumplido, que extraño, en esa profunda alegría sentí la necesidad de volver a descansar, solo sentía con fuerza algo que brincaba en mi corazón, mis pies estaban fríos, mi cabeza buscaba una explicación más racional a lo sucedido, pero no tenía sentido, el éxtasis en medio de la grieta era lo más real que me hubiera pasado nunca, la grieta ya era algo luminoso que desde el pecho irradiaba hacia el cuerpo, solo los pies helados se diferenciaban en aquella cálida sensación de bienestar¡¡¡¡
Me desperté sobresaltado, estaba aun en la grieta??, me costó volver a la realidad, de verdad aquella hermosa sensación que me acercaba a un mundo nuevo era solo un sueño?, trate de hilar algunas cuestiones lo más rápido que puede, algo en mi interior me pedía a gritos una explicación a lo sucedido, cuando observe la gruesa manta en el suelo y los pies descubiertos no tarde en darme cuenta de que el frio que sentía al caminar por el hielo no era otra cosa que la falta de abrigo en mis pies,  las largas charlas en las clases de psicología social acerca de los nuevos paradigmas que el mundo necesita, y el intercambio de misivas con un viejo amigo con temas acerca de lo humano, habían puesto su gran cuota de vivencia al armado onírico, por lo demás, aquellas certezas de un mundo sin violencia no eran sino manifestación de cuestiones que resonaban en mi desde hacía ya mucho tiempo, cuando pude despejarme no tarde en percibir que aquel sueño no era sino la traducción en imágenes de mi mundo interno, de aquello que me estaba sucediendo en la búsqueda del nuevo mundo, mundo nuevo que solo podría ser posible a partir del cambio profundo en el interior del ser humano, pero para que todo ello sea posible y real, el primer ser humano en producir un cambio interno debería ser siempre uno mismo, el hacedor de sentidos, el transformador del mundo era uno,  ese uno mismo que habitaba en la profundidad de cada ser humano.

Edgardo, Bahía Blanca, entre mayo y julio de 2012

domingo, 21 de octubre de 2012

Ella y el fuego sagrado



Corrían casi en manada, siempre corrían, aterrados del miedo, pero siempre juntos, parecía que el grupo los mantenía a salvo, no eran simios, pero tampoco humanos, eran seres extraños, y ellos no sabían, no podían saber que miles de años más tarde trasformarían la faz del planeta.  Esta vez escapaban de animales feroces, por ahí se perdía uno y resto trataba de salvarlo, el grupo los sostenía, el grupo y quizás también, esa brizna encendida en lo profundo del corazón, esa brizna era como un pequeño fuego sagrado, algo que los conectaba con un propósito superior, el propósito de poder existir a pesar de todo.
Corrían a las cuevas de la montaña, eran más débiles pero más vivaces que los salvajes animales, ellos no lo sabían, pero un día articularían mejor su gutural lenguaje, manejarían pequeñas y gigantes herramientas, trasformarían todo, pero antes de ello era necesario acercarse al fuego, al angustiante fuego, al tembloroso fuego, donde todos los animales, todos sin excepción huían desesperados, el fuego les provocada pánico, pánico y terror, pero ellos podían observarlo, sin acercarse aun, a veces lo observaban.
Corrían y se resguardaban en el mejor lugar que encontraban, tenían una memoria fugaz, solo restos de paisajes podían retener, el futuro era aun un viejo desconocido que se tardaba en llegar, ellos corrían y no sabían, no tenían como saber que un día ampliarían su espacio de representacion temporo-espacial interno, y así estructurarían brillantes y milenarias instituciones imaginarias, profundas significaciones, crearían dioses enormes y poderosos a quienes matarían y harían renacer una y otra vez en la historia del futuro, los pobres temían y no podían saber que quizás tarde o temprano poblarían una parte del angustioso y desconocido universo que hoy los albergaba.
Esperaron en las cuevas hasta que se vayan los asesinos, al tiempo que observaban el turbulento cielo que despedía fuegos y estrepitosos sonidos que apenas alcanzaban a reconocer, otra vez el miedo, ellos no podían saber que ese miedo ancestral los acompañaría en el futuro lejano, ellos no tenían tiempo ni capacidad para pensar coherente, el propósito era poder llegar al día siguiente, comer, cuidar a sus pequeñas crías que desobedientes insistían en pararse sobre sus dos pies, ellos no lo sabían pero se matarían una y otra vez entre ellos, y una y otra vez desde su mismo interior los mensajeros traerían la palabra para que todo intente volver a la unidad, a aquella nostálgica unidad perdida; ellos no podían saberlo pero todo empezaba cada vez que con temor se acercaban al fuego, el fuego del futuro les cocinaría nuevos alimentos que mejorarían su cerebro, ese mismo fuego que en un juego profano y sagrado al mismo tiempo les permitiría lograr moldear a casi toda la materia que el desértico planeta les había regalado, no tenían como saberlo pero un día hablarían de la posibilidad de la inmortalidad, como podrían saberlo, si el propósito era solo poder seguir existiendo a cada instante.
Cuando ceso la tormenta y el peligro había pasado se volvieron a reunir, siempre el grupo los sostenía, el grupo y ella, que parecía distinta y tenía el ímpetu de los futuros líderes, algunas veces serian ellas, después ellos, de nuevo ellas, y así construirían un mundo en permanente cambio, pero esa madrugada  nada de eso ellos podrían saber, un rayo había partido una zona de bosques, y allí, alrededor del incendio con pánico en su corazón se acercaron y se pusieron en círculo, nadie huía, pero el miedo no les permitía acercarse más, de pronto ella pudo, algo hizo con ella misma, y sin saberlo se acerco al círculo del fuego, se arrodillo muy cerca y tomo una gran rama con fuego en la punta, el resto se incomodo y todos hicieron un gesto de retroceder, pero ella se quedo allí, con el fuego sagrado en sus manos, observándolo, viendo en el brillo de las llamas quizás el brillo de su propio interior que brincaba, ella no podía saberlo, no tenia como, y sin embargo, allí parada, en la inmensidad del bosque, temerosa pero sin desprenderse de la rama encendida, ella y los demás del grupo esa madrugada trascendente, cambiarían el curso del universo entero.-